Derribando mitos

Columna de nuestro Socio Fundador, Marcos Lima, publicada en el Boletín de Economía & Gestión de Ingeniería Industrial - U. de Chile

Fecha Publicación

Septiembre 28, 2021

Chile le debe mucho a la minería y debemos apoyarnos en ella para salir del oscuro momento por el que atravesamos.

Existen demasiados mitos en torno a la actividad minera, producto de la lejanía de las minas de los centros urbanos, del comportamiento de club que caracteriza a los miembros del cluster minero -cerrado a quiénes no pertenecen a él- y también que fueron empresas extranjeras las que impulsaron la actividad en el siglo pasado; sin una ligazón sólida con el entorno económico, político y cultural de la nación. Son mitos que van desde que las mineras son tramposas y evitan  pagar impuestos, pasando por creer que al exportar concentrado -“piedras”- no se agrega valor, hasta creer que es una actividad poco sofisticada tecnológicamente. Es nuestro deber, como universidades, explicarle al país que todas estas creencias son falsas.

También existen razones adicionales a aquella de combatir la ignorancia respecto de la minería. Con motivo del momento político que vive Chile y la discusión constitucional en curso, se han instalado ideas contrarias a la actividad, provenientes de ecologistas extremos y socialistas de viejo cuño, que pueden dañarla y, con ello, la posibilidad de alcanzar el desarrollo. Entre estas ideas están un royalty expropiador que  destruye la competitividad, reglas medioambientales imposibles de cumplir (ley de glaciares) y, como dijo un ex precandidato a la Presidencia de la República, que “la minería del cobre -por su lógica extractivista- se ha convertido en una verdadera condena para el desarrollo productivo del país”. Si el país no reacciona y termina seducido por estos enfoques equivocados, habremos fracasado en nuestra tarea. Chile le debe mucho a la minería y debemos apoyarnos en ella para salir del oscuro momento por el que atravesamos. 

La oportunidad que representa la minería es aquí y ahora. El mundo enfrenta la mayor amenaza a la supervivencia: el cambio climático. Frenarlo requerirá una mucho mayor oferta de cobre, litio y otros metales, y ella debe ser aportada desde Chile. Con la mayor proporción de reservas de cobre (23%) y litio del planeta (48%), resulta imperdonable que urgencias populistas y sesgos ideológicos añejos alejen las inversiones que son indispensables para superar los niveles de producción en que hemos estado por casi 15 años.

Cuando se requieren más de 8 toneladas de cobre por MW, en el caso de energía eólica off  shore; duplicar el consumo de cobre para reemplazar la energía generada por centrales a carbón por la solar FV o triplicar el consumo de cobre para impulsar la electromovilidad en el transporte, se entienden las razones detrás de los US$ 350.000 a 400.000 millones a invertir en la minería del cobre. Una proporción  relevante debiera concentrarse en nuestro país.

“Por las venas y arterias de la economía verde corre cobre”, dice The Economist, y esta realidad debe ser aprovechada por todos los chilenos. De nosotros depende.

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